El compost, clave para la sostenibilidad

El proyecto Lurretik Lurrera, impulsado por Karabeleko en colaboración con el restaurante Diámetro 200 y el caserío Telleri Zahar, busca cerrar el ciclo de la materia orgánica y prevenir la generación de residuos urbanos. 

La hormiga cortadora de hojas de América amontona pequeños trozos de hojas en sus viviendas subterráneas para que, una vez fermentadas, puedan alimentar a los hongos de los que se nutren. Un ave de Australia utiliza el compost que crea recogiendo material orgánico y excrementos  para poner sus  huevos y mantenerlos con calor. Los ejemplos de que el compost es un proceso de la propia naturaleza y una vía para garantizar la supervivencia de distintas especies de animales son innumerables y recorren todo el globo terráqueo.

Cuando en otoño en nuestros bosques caen las hojas al suelo, junto a trozos de madera, restos de animales y vegetación, comienza una fase de descomposición. En ella participan diversos elementos: el frío, el calor, el agua, el sol y especies vivas. La materia se deposita en la corteza y forma el humus. Es entonces cuando la tierra adquiere un color oscuro y desprende un aroma característico a tierra de bosque. Gracias a ese humus, continúan los ciclos vitales de las plantas. Asimismo, sirve de nutriente a muchas especies animales.

La naturaleza nos ha enseñado que es hábil creando compost y que, en un ámbito natural equilibrado, este proceso se sucede continuamente. Este hecho permite que muchos pequeños animales se beneficien de las peculiaridades del humus. 

Salta a la vista que el compost no es una invención humana y tampoco lo son las distintas técnicas de compostaje. Pero no olvidemos que todos los compost bien creados son ventajosos para la tierra y contienen propiedades para su desarrollo.

Por todas estas razones, Karabeleko está materializando el proyecto Lurretik Lurrera, con el que busca cerrar el ciclo de la materia orgánica elaborando compost a partir de desechos de origen animal y vegetal. Esta iniciativa, orientada a la prevención en generación de residuos urbanos, se está llevando a cabo en colaboración con el restaurante Diámetro 200 de Orona y el caserío Telleri Zahar, con el apoyo de la Diputación Foral de Gipuzkoa.

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